Capítulo 07.
Jimin ya estaba de regreso en la empresa, terminando el trabajo que había dejado a medias hace unas horas.
Sólo él se encontraba en el despacho, pues su jefe tuvo una reunión en la sala de juntas.
—¿Qué se supone que subraye en estos papeles? —apenas si lograba entender lo que decían—. Por eso dejé esto a medias hace rato, pero si no lo hago decepcionaré al director Jeon. Pensará que no soy lo suficientemente bueno para el puesto y no quiero eso.
Mordió su labio inferior y continuó leyendo los documentos, una y otra vez. Dándole la vuelta a los papeles al derecho y al revés, pero nada.
—Sólo es subrayar, ¿pero por qué es tan difícil saber cuál es lo más importante?
De un momento a otro se quedó mirando fijamente la pared, pensando en lo acontecido con su jefe hace unas horas.
—¿Por qué mi jefe le diría a esa mujer que soy su pareja? —se preguntó.
Poco a poco empezaba a reaccionar sobre las palabras dichas por él a aquella chica
"¿Qué no te ha olvidado? ¡Claro que ya lo hizo! Está conmigo, ¿acaso no lo ves? Y somos muy felices"
—¡Dios mío! —se puso de pie rápidamente—. ¿En serio dije eso?
Preguntó al aire con los ojos bien abiertos, llevó sus manos a su cabello y un segundo después Jungkook entró. Bajó sus manos y rápidamente se sentó pero volvió a ponerse de pie mientras veía como caminaba hacia el escritorio para finalmente sentarse.
Jimin quiso preguntarle sobre cómo le fue en la junta sin embargo sólo movió la boca más no dijo ni una sola palabra. ¿Por qué? Su jefe tenía los ojos y cejas ligeramente inclinados, en ellos expresando molestia. Juntó sus manitas y miró hacia diferentes lados debatiéndose en si era buena idea hablarle o no. Tragó saliva y llevó la atención a su jefe, este estaba firmando algunos documentos pero parecía apretar demasiado la punta del bolígrafo contra la hoja.
«No, sí, anda enojado. Mejor no hablo»
Jimin levantó las hojas que tenía en la mesita, esta estaba en el centro de la sala, también los marcatextos y todo lo que tenía ahí, trabajaría en el escritorio de afuera. Se dio la vuelta y caminó hacia la puerta, al llegar miró a Jungkook por si lo veía y preguntaba a dónde iría pero ni siquiera lo volteó a ver.
«Debe de estar muy molesto por lo que dije en el restaurante, tanto que me ignora» se dijo así mismo antes de cruzar la puerta detrás suyo muy despacio.
El director general subió la mirada unos momentos después al percibir a lo lejos el sonido de la puerta siendo cerrada. Alzó ambas cejas y miró hacia su derecha, a través del cristal observaba a las personas pasar por el área.
—¿Había alguien aquí? —se preguntó.
Jungkook no había ignorado a su asistente, lo que ocurrió fue que terminó bastante enojado tras la junta y cuando entró a su despacho no notó la presencia de Jimin por el enfado, y una vez que se ponía a trabajar se concentraba tanto que no existía nada más que eso.
—No importa —se dijo volviendo a trabajar.
Más tarde, Jungkook dejó el bolígrafo en la mesa y acomodó los documentos ya terminados a un lado. Cerró los ojos un momento y tocó su cuello con ambas manos. Se quedó unos instantes pensativo, luego se puso de pie y salió de la oficina.
Su asistente ya no estaba ahí, tampoco la mayoría de los empleados. Observó la hora en su reloj, eran las ocho y media.
—Claro, la hora de salida es a las 7 pm.
Jungkook quería hablar con Jimin, agradecerle por haberle ayudado y también por haberlo defendido de Soomin, pero seguro mañana podía hacerlo.
Sin querer llevó su atención a la computadora que usaba Jimin y entonces notó que había una hoja pegada ahí.
"En la carpeta rosa están los documentos que me dio, ya están listos. Terminé el trabajo que me pidió. Se veía muy concentrado y no quise molestarlo, por eso mejor le dejé esta nota. La hice en un tamaño de carta para asegurarme de que lo viera. Eso es todo, nos vemos."
Jungkook agarró la carpeta y volvió a su despacho. Se sentó en uno de los sofás y empezó a revisar cada hoja, la mayoría estaba bien sin embargo habían algunos renglones que Jimin subrayó que sinceramente no eran útiles. También revisó el resumen escrito y volvió a su escritorio cuando terminó de leerlo.
Agarró unas hojas, un lapicero y volvió a escribir el resumen, desechando todo lo que estaba mal en el anterior hecho por su asistente. Una vez terminó colocó las hojas en la carpeta junto con los documentos.
—Para no tener experiencia lo hiciste muy bien en tu primer día —halagó, aunque Jimin no pudiera escucharlo.
—¡Ya deja de trabajar! —le dijo Seokjin luego de entrar.
—Tú tampoco te has ido —comentó y su amigo asintió con la cabeza.
—¿Ya viste la hora? —se sentó en la silla delante del escritorio.
Jungkook miró la hora en la pantalla de la computadora.
—Son las doce.
—¡Exacto! Ya es tarde. Vámonos porque mañana... mejor dicho, más tarde, tendremos muchas cosas que hacer.
—Claro, ya terminé por hoy.
—Bien.
Ambos se pusieron de pie, el director general se puso su saco y ambos salieron del despacho.
—Por cierto, ¿me llevas a mi casa?
—¿Por qué? —investigó Jungkook mientras caminaban hacia el estacionamiento.
—Mi auto está en el taller —dijo con simpleza.
—¿Entonces te estás yendo hasta ahora porque querías que te llevara? —asintió con la cabeza—. Hubieras usado algunos de los autos de la empresa que permanecen en el estacionamiento.
Seokjin se detuvo y seguido el director general. Miró a su amigo fijamente pensando en lo que él le dijo, luego su cara se entristeció.
—¿Por qué no se me ocurrió antes? —se lamentó.
Jungkook sonrió con diversión y le tocó el hombro a Seokjin antes de seguir caminando.
—Tuve que esperar muchas horas —se fue detrás de su amigo.
✧✦✧
—¿Por qué dices eso? —inquirió Taehyung confundido.
—Porque es cierto —respondió el de ojos azules.
Los dos estaban en la casa de Jimin, en la habitación de este mismo.
—Seguro mañana me van a correr.
—No entiendo porqué lo aseguras, así que dime qué pasó.
—Mi jefe me pidió un favor pero me excedí mucho más allá de los límites.
—Explícate mejor —dijo Taehyung muy interesado.
Jimin terminó de arropar a Ayla en la cuna, pues ya estaba dormida. Se dio la vuelta y miró a su amigo.
—Los hechos pasaron así...
Le contó todo con lujo de detalle o eso intentó, ya que era una versión más corta de los hechos.
—¿En serio pasó eso? —Jimin asintió con la cabeza—. Oh, vaya —apenas si podía creerlo.
—Él se veía muy enojado, incluso me ignoró cuando entró a su oficina —caminó hacia la cama y se sentó al lado del rubio—. Por eso te digo que seguramente me va a correr, no debí decirle tantas cosas a esa chica —bajó la cabeza.
—¿Qué no debiste? ¡Claro que sí! —cubrió su boca con la mano al darse cuenta de que habló muy fuerte.
Los dos voltearon a ver a Ayla temiendo que se hubiera despertado pero ella seguía dormida, lo cual fue un alivio para Jimin.
Taehyung prosiguió.
—A mi parecer y por lo que me dijiste, lo defendiste muy bien de esa arpía. En mi opinión no te excediste para nada.
—¿De verdad?
—Obvio, o dime, ¿le jalaste el cabello? —negó con la cabeza—. ¿Le escupiste en la cara? —negó nuevamente—. ¿Le arrojaste una copa de vino en el vestido?
—Claro que no.
—¿Entonces insultaste a su mamá?
—Por supuesto que no, jamás haría eso—respondió rápido al mismo tiempo que movía su manita hacia los lados, negando también con ella.
—Ahí está, entonces no te excediste de los límites. Además, al defenderlo así lograste que la mentira fuera creíble. Imagínate, ¿si a tu pareja la están humillando te quedarás en silencio como si nada?
—Supongo que no.
—Tu jefe no tiene porqué estar enojado contigo cuando solo lo estabas defendiendo, quizás haya otra razón por la que estaba enojado. No puedes asegurar que es por ti cuando ni siquiera le preguntaste.
Jimin se quedó callado, era cierto. No investigó cuál era la razón de su molestia, él solito sacó sus propias conclusiones.
—Así que mañana cuando vayas al trabajo lo primero que harás al verlo es decirle que lo sientes.
—¿Y por qué tengo que hacer eso? ¿No dijiste que no hice nada malo? —ahora se preocupó más—. ¿Eso no es contradictorio de tu parte?
—Por eso mismo, al momento que le pidas disculpas sabrás si está enojado o no
✧✦✧
A la mañana siguiente, Jimin llegó temprano a la empresa y pasó a la recepción para firmar su entrada. Luego subió al elevador, presionó el botón para ir al piso donde trabajaba pero antes de que se cerraran las puertas una mano impidió que lo hicieran.
Esa mano era de Seokjin, el sub director, él dejó que otras secretarias de la dirección general pasaran antes que él, luego entró y por último Jungkook quien se giró quedando frente a los botones y presionó el botón para ir a su piso.
—¡Buenos días director! —dijeron las tres chicas al unísono con un tono coqueto y con la sonrisa de par en par.
Ellas eran Mina; la del cabello rojo, con poco más de 1.70 de altura y delgada, la segunda era Lara; la del cabello rubio y corto hasta los hombros, unos centímetros más baja que la anterior y de complexión normal. Por último estaba Solar; era pelinegra, con el cabello bastante largo y liso, la más alta de las tres. Todas eran muy bonitas y estaban en la empresa desde hace más de 5 años.
Jungkook volteó a verlas, ellas estaban a su lado y lo estaban viendo fijamente, lo que lo incomodaba un poco.
—Buenos días —respondió de manera formal.
Jimin por su parte, al verlo entrar se había puesto atrás de él como si estuviera escondiéndose y casi lo logra de no ser por Seokjin, quién lo saludó. El sub director estaba al lado suyo, detrás de Jungkook y las chicas.
Jimin le devolvió el saludo a Seokjin con una leve sonrisa y el director general al escucharlo se volteó para poder verlo.
—Buenos días, señor —dijo rápidamente.
—Buenos días, Jimin.
Jungkook le regaló una bonita sonrisa a su asistente cosa que hizo enojar a las secretarias, estas no dudaron en lanzarle una mirada matadora al asistente. El ojiazul notó aquellas miradas sin embargo decidió fingir no haberlas visto, no quería enemigos en el trabajo.
Unos segundos más tarde se detuvo el elevador, las chicas se alejaron murmurando cosas feas de Jimin y antes de ir a su oficina Seokjin le dijo a Jungkook que necesitaba los contratos de Klavuu.
El director general caminó hacia el despacho con su asistente detrás de él. Ambos entraron y tan pronto como lo hicieron Jimin le pidió perdón.
—Lamento mucho lo que hice —fue lo que dijo.
Jungkook se giró rápidamente para poder verlo, negó con la cabeza incrédulo.
—Jimin, no...
Fue interrumpido.
—Por favor perdone mi imprudencia —se puso de rodillas y Jungkook abrió los ojos en grande, anonadado por la acción del más bajo—. Sé que hice mal al meterme de más —bajó su cabeza—. Le prometo que jamás volveré a hacerlo, pero no me corra.
Jungkook se acercó a él e inmediatamente lo sujetó de los brazos haciendo que se parara. Ambos quedaron demasiado cerca, tanto que sus pechos se tocaban pero no estaban conscientes de ello.
—Jimin, ¡¿por qué hizo eso?! —cuestionó con voz alta, ahora sí molesto porque su asistente se había humillado ante él.
—Apenas cumplí un día aquí, no puedo irme. En verdad necesito el trabajo. Lo siento, mucho —suplicó hablando muy rápido.
—¿Pero de qué estás hablando? ¿Por qué te disculpas y por qué crees que voy a correrte?
Jimin sólo se le quedó viendo fijamente con sus cejas ligeramente fruncidas.
—¿No está enojado conmigo por lo que dije en el restaurante?
—Claro que no —aseguró—. Al contrario, planeaba agradecerte por haberme defendido y también por seguirme en la mentira.
—¿Entonces por qué me ignoró ayer?
—¿Lo hice? —le respondió con un gesto de cabeza—. ¿Cuándo?
—Al volver de la junta estaba aquí pero ni siquiera volteó.
—Salí molesto de la reunión y para calmarme me puse a trabajar, no noté que estabas aquí. Una disculpa por eso.
Las cejas de Jimin se alzaron y una pequeña "o" se formó en sus delgados labios. «Entonces Taehyung tenía razón» Cerró los ojos un momento, sintiéndose más que apenado, vergüenza era una palabra que no bastaba para definir como se sentía. Abrió los ojos y sonrió apenado.
—¿Entonces malinterpreté todo?
—Me temo que sí.
—Ya veo, hice el ridículo por nada —se lamentó.
—Respecto a eso, jamás vuelvas a arrodillarte ante nadie. No importa que haya pasado, no te humilles, mucho menos si no has hecho nada.
—De acuerdo.
Ambos se quedaron en silencio y justo alguien entró al despacho. Era el señor Jeon Hongseok y al ver a su nieto tan pegadito con ese chico lo sorprendió mucho, pero mucho. Los miró de arriba a abajo y finalmente sonrió ampliamente. Después de un largo tiempo por fin veía a Jungkook así de cerca con alguien, fue inesperado pero muy gratificante de ver. Por lo visto por fin tenía pareja y eso lo tranquilizó bastante.
Al escuchar la puerta siendo abierta ambos se dieron cuenta de la manera en la que estaban. Jungkook tenía su brazo alrededor de la cintura de Jimin y la mano derecha puesta en el brazo izquierdo del más bajito.
—¡Abuelo! —dijo con sorpresa.
Al instante ambos se alejaron de manera muy abrupta, cosa que le hizo mucha gracia al señor Hongseok.
«Estos jóvenes de ahora ya no quieren que nadie sepa de su relación» pensó riéndose por dentro.
—Bueno, yo me iré a trabajar —comentó Jimin.
—¿Trabaja para ti? —investigó el abuelo mirando al jovencito con las mejillas rojizas.
—Es mi asistente personal —respondió Jungkook, igualmente algo avergonzado.
—Ya veo, es un placer conocerte —le habló de manera informal, pues según él no tenía caso hablarle de usted cuando prácticamente ya era parte de su familia.
Le extendió la mano y Jimin la estrechó.
—Mucho gusto en conocerlo, señor —expresó con una amable y linda sonrisa. Soltaron sus manos—. Ahora con su permiso —miró a los dos—, me retiro.
—Claro, claro, adelante —dijo el señor Jeon dándole paso.
Jimin caminó a pasos rápidos y salió de la oficina mientras se tocaba las mejillas con las palmas de sus manos.
—Pero que bonito y agradable muchacho. Tienes buen gusto —comentó dándole una mirada de complicidad.
Jungkook no captó a lo que se refería y lo pasó por alto. Le hizo una seña a su abuelo para que ambos se sentaran en los sofás de la sala.
—¿Qué pasó? —inquirió cuando ya estaban sentados.
—Sólo quería ver a mi nieto —mintió.
El señor Jeon en verdad venía a preguntarle a Jungkook lo que había ocurrido en el restaurante, ya que Soomin le había llamado y dicho que su nieto la había rechazado de la manera más humillante posible, que además de eso era un gran idiota.
Pero ahora entendía porqué Jungkook la había rechazado y lo que pasó ahí no tenía que tener más importancia ya.
—¿De verdad?
—Claro, también me preguntaba si quieres ir conmigo a jugar golf.
—Me gustaría, pero tengo trabajo.
—Está bien, será otro día.
—Sí.
—Bueno, entonces ya me voy —se puso de pie y su nieto copió su acción—. Nos vemos en la casa.
Jungkook asintió con la cabeza y pronto su abuelo salió del despacho. Ya afuera de esta, el abuelo llevó su mirada al asistente, este estaba atendiendo una llamada y anotaba algo en un papelito rosa, él sonreía mostrando sus dientes mientras respondía de manera muy amable y amistosa la llamada entrante.
«Sin duda un buen chico»
Bajó el pequeño escalón muy feliz y con una buena primera impresión de la "pareja" de su nieto abandonó la empresa.
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